domingo, 26 de diciembre de 2010

LAS FORMAS DE COMUNICACIÓN ALIENANTE


La navidad es un periodo complicado. El hecho de pasar tanto tiempo en reuniones familiares, a las que más o menos todos estamos avocados, puede ser perjudicial para la salud. No lo digo con ironía. Es literal. Por algo se dice aquello de ¿qué tal las fiestas? ¿las vas a pasar bien o en familia? Quizá fruto de este sobreexceso familiar con cantidad de mensajes cruzados, situaciones extrañas, dobles mensajes y demás, me entran ganas de vestirme de camaleón para reflexionar sobre algunas formas de comunicación alienante que todos practicamos. Todos es todos. Yo el primero.
Una forma de comunicación alienante es una pauta de comunicación tergiversadora, tramposa, que suele conducir al otro a la confusión y que en general, suelen tender hacia la negación de la "otridad" del otro, de su punto de vista y su forma de ser. Por eso es alienante. Conviene conocerlas, porque estamos sometidos a ellas de continuo y eso significa que también cada uno la utiliza sin ser consciente. Aunque ahora al explicarlas parecerán burdas, no os fiéis, las colamos y nos las cuelan de forma muy sutil. Y en cualquier caso, su efecto será siempre más devastador cuantos menos recursos, formación, edad y salud mental tenga la persona.

FORMA DE COMUNICACIÓN ALIENANTE NÚMERO 1. LA COSIFICACIÓN.

Consiste en poner una etiqueta al otro. Se niega su globalidad. Si en algún otro post hemos comentado que no somos uno solo. Sino que somos muchos. Un conjunto de personajes y roles. Cosificar es etiquetarlo para creer que entendemos al otro. Esto se da mucho en mi profesión. "Es un psicótico" (como si eso significara algo), "es un obsesivo", "una histérica", "un carácter débil". En la vida cotidiana, podemos tachar a alguien y convertirlo en "un borde", "una aburrida", etc.
En la comunicación con el otro, el etiquetado no es infrecuente que vaya asumiendo poco a poco la etiqueta que le han colgado. Y definiéndose desde ahí. Olvidando toda la riqueza que la etiqueta niega.


FORMA DE COMUNICACIÓN ALIENANTE NÚMERO 2. LA MIXTIFICACIÓN (o mistificación)

En sentido activo, mixtificar significa nublar, obscurecer, confundir, enmascarar, en beneficio de uno mismo.

Un tipo de mixtificación muy utilizado consiste en creernos con el derecho a determinar el sentimiento del otro. "Cómo puedes estar triste con todo lo que tienes", "te debería dar vergüenza pensar así". Como si uno mismo fuera la vara de medir lo que los demás deben sentir. Yo de este tipo soy un auténtico maestro, lo reconozco.


FORMA DE COMUNICACIÓN ALIENANTE NÚMERO 3. EL DOBLE MENSAJE.


Es un clásico tanto dentro de la psicopatología como en la vida cotidiana. Durante años se postuló como teoría del origen de la esquizofrenia. Ya que es una realidad, que en las familias de personas con psicosis es muy común encontrar cientos de dobles mensajes. Hoy día esto ya no se postula por lo menos con ese carácter tan categórico, pero sí es conocido lo atrapado que queda uno al entrar en los dobles mensajes. El mecanismo consiste en mandar un mensaje ambiguo, una primera parte del mensaje afirma algo, pero la segunda parte niega eso mismo. En clave de pareja: "no me importa que vayas con tus amigos, pero bueno habíamos dicho hace tiempo que íbamos a cenar en casa con..." No siempre es tan burdo, en ocasiones es mucho más sutil porque el doble mensaje no siempre es verbal. Lo contradictorio puede estar en la diferencia entre lo verbal y lo corporal. "No, no me importa de verdad" (con cara seria, ojos bajos...) Lo verbal entra en contradicción con lo corporal. En ese sentido el Psicodrama es un instrumento privilegiado para detectar esto. Como os podéis imaginar los dobles mensajes generan confusión y atrapamiento. Que no pocas veces deriva en discusión. Aunque el efecto más común es la culpa. Ya que hagas lo que hagas, incumplirás una de las dos partes del doble mensaje.
En un ejemplo real de una persona con cierto tipo de psicosis, su padre en el intervalo de 45 min., llegó a afirmarme lo siguiente: mi hijo necesita un sitio para ingresar de por vida/ mi hijo lo que necesita es un trabajito, confío mucho en vosotros/estoy buscando otro centro para que esté, mi hijo no le gusta el fútbol/a mi hijo le gustan todos los deportes, mi hijo es muy obediente/ mi hijo no hace caso, etc. etc. Enloquecedor. Y es que a veces, parece que no quedara más camino que petar para librarse de ciertas situaciones.


FORMA DE COMUNICACIÓN ALIENANTE NÚMERO 4. LA INVASIÓN DE LÍMITES.

Es la forma preferida por las madres. Y por ende, por las suegras. Consiste en meterse en el territorio del otro sin permiso, ni respeto. Tengo que decir, que en este caso, no precisamente de mi madre. Que no sólo no invade límites, sino que como te descuides no te llama en un mes. La invasión de límites se produce de diferentes formas: intentando controlar la conducta del otro ("lo que tienes que hacer es..."), dando la tabarra para contar lo suyo, historietas, anécdotas mil veces contadas, no escuchando, "pues nosotros cuando estuvimos en..." (y ahí ya se nubla todo y no vas a poder meter baza en una hora). Pero mi forma favorita de invasión de límites es desde el amor. Con la excusa de "si es por tu bien...", "si no nos importa...". No quiero ser muy concreto pero cabe decir que el cariño al otro puede esconder la alienación. Y se ve fácil, especialmente cuando uno tiene dificultades para poder decir que NO a los ofrecimientos generosos que recibe, por aquello de "esperemos que no se enfade". El exceso de ayuda (no pedida) puede violentar al otro. Y constituye una invasión de límites.

FORMA DE COMUNICACIÓN ALIENANTE NÚMERO 5. LAS ATRIBUCIONES.


Consiste en atribuir al otro cualidades que no tiene. Se parece a la cosificación. Pero la cosificación es más rotunda y definitoria de la personalidad del otro. A veces tienen formas muy categóricas, con fórmulas de "siempre/nunca". "Como es incapaz de decidirse...", "nunca has querido a nadie", "como nunca escuchas...", etc. Las atribuciones, ojo, también pueden ser positivas. Y quedar atrapado en ellas. En estar a la altura de la brillantez que se le presupone al que sufre la atribución. Un pedestal también puede ser una cárcel. Por lo mismo que la cosificación, porque uno llega a creer que el pedestal es real, y uno es especial.


En fin, seamos conscientes de la trampa que esconden todas estas formas de comunicación. Reconozcamos que el otro es inabarcable, que ninguna etiqueta puede definirle. Que no podemos invadir sus límites, ni siquiera por su bien. Seamos claros si queremos algo. Seamos claros si no queremos algo.
Y no caigamos en la confusión que generan estas formas, cuando involuntariamente nos lleguen, especialmente de nuestros seres más queridos.

Felices fiestas.





5 comentarios:

  1. Ouch !!! Ay la invasión sin limites!!!

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  2. Muy interesante! eres el Punset de los bloggers! en el siguiente post deberías explicar cómo "defendernos" de estas formas de comunicación.

    Con lo que no estoy de acuerdo es con eso de "¿bien o en familia?" creo que ambas son compatibles.

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  3. Sí que es muy interesante sí. Yo creo que se abusa de esta forma de comunicación, en navidades quizá se acentúa pero, se usa todo el año, todos los días. Es una pena la manipulación existente en esas frases. Pero ¡eh, el ser humano es cojonudo!.

    Pd: También tenemos cosas muy buenas.

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  4. Feliz año nuevo, César. Te deseo comunicaciones siempre satisfactorias, (aunque por ello duelan, a veces). Y mucha felicidad en este año nuevo. Besissssss

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  5. Mira, de una amiga:
    http://cuetocosta.blogspot.com/
    Jezabel

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